Patricio Serey
Patricio Serey (Sergio Patricio Valencia Saavedra)
Ha publicado los libros de poesía, “Con la razón que me da el ser vivo”, premio editorial “Ediciones del Centro Almendral”, 2002; “De Profesión Ahogado”, plaquete, ediciones Casa de Barro, 2007; “Precavidamente Hablando”, Ediciones Inubicalistas, Valparaíso, 2011.
Colaboró y fue parte del comité editorial de la revista de creación literaria y visual “La piedra de la Locura”.
Desde el 2008 se desempeña como columnista y reportero del semanario periodístico “El Observador”.
Textos de “Precavidamente Hablando”, 2011 Ediciones Inubicalistas
LOS QUE LE TRABAJAMOS AL MARTIRIO
Los que le trabajamos al martirio
aunque gratuita, formalmente
nos mantenemos a una distancia discreta
de la palabra muerte y de la palabra amor
Montamos guardia, día y noche
para no ser sorprendidos enamorando alguna niña
que tempestuosamente nos domestique el corazón
Con la esencia, ese olor difícil de embotellar y
LOS QUE LE TRABAJAMOS AL MARTIRIO
Los que le trabajamos al martirio
aunque gratuita, formalmente
nos mantenemos a una distancia discreta
de la palabra muerte y de la palabra amor
Montamos guardia, día y noche
para no ser sorprendidos enamorando alguna niña
que tempestuosamente nos domestique el corazón
Con la esencia, ese olor difícil de embotellar y
/reproducir hasta el delirio
(Imaginemos millones de manos y corazones sonrientes como legiones perfectamente adiestradas por la unión que hace y deshace la fuerza, confundiéndose en una masa asfixiada por su propia hormona)
Pero hay quienes se sitúan en cualquier esquina
para menear el muslo
a sabiendas de lo fácil que es transfigurar unas
cuantas almas sensibles
llevarlas hasta el séptimo cielo y dejarlas caer
sorpresivamente
como manzanas repletas de orugas.
DE PROFESIÓN AHOGADO
Quien habla mucho del dolor
no hace más que abusar de esta palabra
valerse del adjetivo doler para eludir
al hada del encanto final
y seguir pateando la perra
Quién habla mucho del dolor
no sabe en realidad el dolor que siente
y se encarniza en una lucha perfecta
perdida desde ya y sin derecho a reconquista
Pero quien es de profesión ahogado
termina dando manotazos perfectos en la nada
para que nada escuche
para que nadie atienda
los insultos lanzados al ojo
pues donde pone el ojo, interpone su dolor
mas allá de la carne, de ese dolor canino y moral.
EL CADÁVER EXQUISITO DE LOS MUERTOS DE AMOR
Los jotes revolotean el cadáver de los muertos de amor
porque esas cabezas ya han rodado el mundo
Con sus non sanctas soledades
Qué decir de la poesía?
si ya han jugado con la pobre niña que nadie saca
a bailar
la han violado reiteradas veces
en los refranes del prostibulario idioma
Babel, Babel, se enfunda la palabra
su enigmático epíteto -poramor poramor-
y otras salvas que no salvan
como si fuera la irreducible blancapaloma
juguetona como el corazón que galopa…
y sobre su grupa los amantes se estrellan contra el
en los refranes del prostibulario idioma
Babel, Babel, se enfunda la palabra
su enigmático epíteto -poramor poramor-
y otras salvas que no salvan
como si fuera la irreducible blancapaloma
juguetona como el corazón que galopa…
y sobre su grupa los amantes se estrellan contra el
infinito
Y ruedan siameses, hasta encontrarse en el meollo del
Asunto, el punto muerto
-En el huero idioma de los derrumbes
los desamores se perfeccionan
contribuyendo a los malos hábitos
escupitajos en los ojos
platos resoplando las testas por ejemplo-
(De chupar la teta podría vivir este humano, casi humano, si no fuera por su código nocturno, su mala leche)
Pero bracean el círculo de baba
los amantes se salvan en la última noche de sus
encantos, y al interior se escucha un no te salves, no te
salves
Mi niña, mi pobre belleza barroca,
mi maquinilla de carne nos une y nos disipa
-¡Ave Amor, los que van a morir por ti te saludan!-
…y la arena se inflama con el aceite de los amantes
El hedonista amor eructa por el corazón
mientras descarna su cuerpo
como blanco manzanillón
si se quieren mucho, poquito, nada
tranquilo queda mi cuchillón.
mi maquinilla de carne nos une y nos disipa
-¡Ave Amor, los que van a morir por ti te saludan!-
…y la arena se inflama con el aceite de los amantes
El hedonista amor eructa por el corazón
mientras descarna su cuerpo
como blanco manzanillón
si se quieren mucho, poquito, nada
tranquilo queda mi cuchillón.
FANTASÍA ERÓTICA EN UNA BIBLIOTECA, LEYENDO “JÓVENES BUENAS MOZAS” CON 35ºC. Y SU POLERITA AMARILLA
Se abanica el rostro
con un libro cuyo título no distingo
por mi curiosidad poco literaria en este momento
mi desconcentración
Después de deslizar sus anteojos sobre su cabeza
a la manera de un cintillo
se restriega los ojos saltones y cansados
y puedo imaginar sin gran esfuerzo
que aquello es una metáfora de la forma que tiene
al desnudarse
que en vez de subir suavemente sus anteojos
desliza cadenciosamente su polerita amarilla
sobre los hombros
que sus ojos saltones son pequeños pechos que
masajea con fruición
que su mirada fija son pezones erectos que me escrutan
que su largo cuello son sus pálidas piernas
que su rostro entero es su cuerpo desnudo haciendo morisquetas de mimo erótico
y que su boquita -que se abre flojamente en un bostezo-
es su sexo dentado y parlanchín que me insinúa algo así
como la posibilidad de mi lengua ahogando su bostezo
y finalmente su libro abanico -y todos los libros que he
leído en este recinto- son la excusa perfecta para bajar la vista
tomar nota de mi delirio
y dejarla desnuda escrutando libros con sus pechojos.
PROSPERO CUESTA ABAJO, MUERTO DE RISA
Plena de orgasmos
se reduce a cenizas la casa del vicio
en plena ciudad del yo
mientras, yo
energúmeno, subo y bajo escaleras
para lamer la sal de los días
lágrimas de la felicidad
para narrarme al filo del diente
a la hermosa manera de Ella
a fuerza de no romper el encanto de la vida
a fuerza de no rodar como un gajo
Prospero cuesta abajo, muerto de risa.
PRECAVIDAMENTE HABLANDO
“Temo a la muerte, que mi miedo afea”
Francisco de Quevedo
Me la estás poniendo difícil
trapeando tu celda antes de atraerme a ella.
Terrible. Me hago a la idea de mantener los pies
suspendidos
volados, inyectados de imágenes
en el patio de tu casa, por ejemplo,
me encontrarás colgado
(metafóricamente hablando)
con el estómago revuelto de tanta prisa
aunque no veas mis zapatos convirtiéndose
en el pasto que mastico para rumiar mi desequilibrio
-mirando de soslayo, me cuelo con pie de gato-
Hasta que me quedo sin la influencia del espacio
mordiendo la punta de su camisón que se precipita
como espectro en erótico desorden
un ángelus de calamidades
distraída como pájaro atrapado en su huevo metafísico
negro y feroz cisne que maquilla su cabeza como un puño
y sus labios, su cadencia al volar, si volara.
(Bajo la contracción de sus muslos todavía me escurría adelgazado hasta la muerte)
Y no olvido a mis parientes
he visitado a más de uno para anunciarles que un loco
encontrarán en la puerta de su horno
Que el San Pedro no hace tan mal, como dicen
ni la Cannabis, ni tú, ni la manía de escribir tonterías
al borde de lo incomprensible
Tal vez adquiera un perro lazarillo
me tatúe con alfiler caliente tu nombre en lugar íntimo
o llore sobre la inexistencia de una piedra
si existiera el deseo de llorar, o una piedra
Demasiada tentación para una sola vida
mucho silencio agitando su lengua de ternero
algo de locura venga o un mugido
como abrir las pechugas y dejarte entrar
sin denominación de origen
para que leas los petroglifos de mis cálculos renales
-el origen de toda esta poesía-
y digerirte como un licor anaranjado, acido, así mismo
o morirme, precavidamente hablando
sin ese miedo que todo lo afea.
NO ES PARA MATARSE
Ella ha salido de tu vida, completamente. Fueron años hermosos, sin duda, pero la palabra “perenne” solo se debiera usar metafóricamente para nombrar lo que dura una vida, quien sabe. Luego viene lo de costumbre. No solo se desarma un departamento, un “hogar”, se desarma también la rutina, se descompensa el día, el que habitualmente terminaba en el mismo paradero, después de haber tomado la misma micro, para besar esa única boca. Costumbre que se le llama. Y te revuelcas por que no quieres más de lo mismo. Te amilanas pensando en toda esa libertad que se precipita vida abajo, y sin ti.
No recompensa la vida, pero tampoco la muerte, y la rutina se convierte en una enfermedad de la cual quieres salir a toda costa, pero que al salir y quedar libre de ella, no queda más que retomar la otra ceremonia, tu cáscara de repuesto; unirse nuevamente a ese ritmo exógeno que no te pertenece, pero que te llama.
Te rearmas en un nuevo nido, ordenas de la mejor manera el par de muebles que has podido rescatar, y tus cosas tus cosas tus cosas. Y te sientas en el suelo y comes algo frío, pensando en esa libertad en que te han dejado. Sonríes imaginando las bacanales que armarás en los rincones de tu nueva habitación. Tú fornicando con la libertad, reestrenando tu ser en una sociedad acostumbrada a tu anonimato, todo de nuevo, encasquetarse el corazón deshollinado otra vez en el hueco de las costillas.
Ya no tomas micro, eres un hombre nuevo, te compras una bicicleta de segunda mano de dudosa procedencia (para el ejercicio, dices) frecuentas lugares que antes no frecuentabas por temor al ridículo, recuerdas que tienes más de treinta, pero lo disimulas muy bien, ¿dónde voy? ¿dónde estoy? ¿quién soy? pero ya preguntas como estas, las aborreces por idiotas. Te das cuenta que en realidad no quieres nada, ni casa, familia, ni hijos, sólo que pase el tiempo, que la vida sea como un día intenso que termina boca arriba en la cama de una habitación sin cortinas, disfrutando ese rápido cambio en los matices del cielo cuando amanece, todo antes que el sueño se apodere definitivamente de tu ser y desaparezcas, para ti y para todos, como la mismísima noche. No es para matarse.
Y SI LA CALLE FUERA EL TIEMPO
A Rubén Jacob y su libro The Boston Evening Transcript.
Y si en verdad la calle fuera el tiempo
y al final de ella un mendigo
mascullara su itinerario de cartón piedra
como si saliera del Parnaso o bajara del Sinaí
y si a la vuelta de la esquina
detrás de la trompada, que sí podría ser el tiempo
aparezcas poeta Jacob, desgreñado como Jonás
haciendo equilibrio sobre el hilo de Ariadna
para enrostrarnos el fantasma borgeano
que anula nuestra mala percepción del
tiempo-espacio-poesía
O por sobre todo, si la voluntad fuera eso
una cuerda roída por amarga criatura
que brota de los recuerdos literarios
húmedas sombras
por que la memoria es un hueco sin fondo
Y sí
dan ganas muchas de llorar
como los habitantes de esta ciudad
que susurran su aflicción,
la soledad que llevan a cuestas
a pesar de nuestras primas Harriet
sean estas Harriet o Marías
Y si la calle fuera el tiempo
y al final de ella “La Rochefocould”
entrara de la mano
con relojeros, juristas
bastardos, astronautas
y hacedores del santo oficio
a tomarnos por el cuello
y un vinito o un escocés
fueran la excusa perfecta
para acceder al delirio
y aceptar cuan inútil fue y será
esta caliginosa bella vida.
Posteado por Angela Barraza Risso
el 6:39. etiquetado en:
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