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Julio Carrasco



Julio Carrasco (Stgo, 1969). Músico, poeta, ingeniero civil mecánico (CUJAE, La Habana, 1992). Autor de los poemarios “Despedidas Antárticas” (Mercurio Aguilar, 2006), “Sumatra” (Ediciones Tácitas) y “El Libro de los Tiburones” (Editorial Cachiyuyo, 1995). Integra el colectivo Casagrande, agrupación conocida por sus bombardeos de poemas sobre Berlín (www.loscasagrande.org/berlin) y Varsovia, entre otros. Es vocalista de Los Muebles (www.myspace.com/somoslosmuebles). 



(De Despedidas Antárticas, Mercurio Aguilar 2006)

Ella disertaba sobre la inexistencia del amor
hablando de amor, sin embargo, para explicarse

Nadie está libre de morder el polvo (digo ahora), aún sabiendo que lo que nos encerró en el pasado fue la jaula que construimos para otra persona

Se detuvo y dijo: esto es agradable

Pero no te hagas ilusiones (pensé yo adivinando el final de la frase)
Pero el amor no existe (terminó ella, confirmándolo)

Tal vez nosotros tampoco (dije con un hilo de voz, hablando por primera vez desde nuestro primer beso, quince minutos antes) 

Podemos fingir que amamos si es para engañarnos a nosotros mismos y pasarlo bien un rato

No, fingir no es amar (dijo ella)
Entonces es lo contrario (dije comenzando a fingir)

Y dijo:
No me vas a confundir, el dolor me dejó insensible (la segunda frase es un invento mío)

Y dije:
El amor te dejó insensible
Es una manera de decirlo (respondió)

Enseguida pensé, recordando el dolor que he provocado:
Cada quien es responsable de lo que siente. Es un pensamiento egoísta, pero hecho de la misma sustancia que los sentimientos de aquellas mujeres a las que herí. También veo ahora que cuando me tocó sufrir lo hice jugando. Las lágrimas los celos todo una comedia. Qué sorpresa, estoy pensando como ella

Casi digo:
Eres demasiado joven para hablar así
(Habría sido un error imperdonable)

Vete ya (dijo después de un beso largo)

Me iré (le dije), pero antes quiero que sepas que eres una gran besadora
(Sus labios se curvaron)

¿Te veré nuevamente? (estaba auto convenciéndome de que la iba a echar de menos)
Quién sabe (mintió ella entrecerrando sus ojos verde claro a través de los cuales puede verse el infierno)


     Argelia


Ha decidido el sultán de Bokhara
pasear sus perros en suelo argelino
Pide a sus magos consejo divino
para avalar la intención que declara

Baja la luna y le alumbra la cara
Malas noticias del reino vecino:
Van acercándose cuatro asesinos
Quieren mostrarte una estrella más rara

Tú no tendrás en Argelia otra suerte
Que la que puede el acero brillando
Darte esta noche, la luz y la muerte

Llegaste a Sumatra Argelia buscando
y una luz triste que van a traerte
cuatro jinetes que vienen volando




Las naves espaciales tripuladas dejan una estela
que queda flotando por un tiempo en el cielo y se deshace

Así el espacio parece sujeto a una telaraña metálica
como si alguien hubiera lanzado una red para inmovilizarlo

Algunos hilos van desapareciendo
mientras aparecen otros nuevos más bonitos

En las regiones donde el espacio no ha sido sobrevolado
no hay líneas que parezcan redes ni telas de araña

Pero pronto pasará una nave espacial tripulada
dejando una estela en línea recta

Recuerdo haber leído que las rectas paralelas
se cruzan en el infinito

Entonces si Su Alteza lo prefiere
nuestras vidas no se acercarán más

Sino que serán como los rastros
dejados por dos naves espaciales que vuelan en paralelo

Dos líneas a punto de borrarse
que (sólo) se cruzan en el infinito



Un extranjero en el corazón de Carmen

It´s a long way to the top, if you wanna rock’ n’ roll
(AC/DC)

Vagaba a mis anchas en el corazón de Carmen
de pronto se cortó la luz
y una voz decía: “tiene 10 minutos para abandonar la nave; este recinto se autodestruirá”

expulsado de la vida de quien fue mi vínculo con la realidad
era incapaz de reconocer el mundo
mi situación era desesperada
(un extranjero en el corazón de Carmen)

catapultado sin paracaídas
“Carmen maldita nunca te perdonaré” repetía en voz baja
todo el amor que sentí por ella alguna vez se transformó en odio

ya fuera por uno u otro sentimiento, no dejaba de temblar al oír su nombre

hasta que la olvidé
mi corazón se llenó de estalactitas
pasó el tiempo, miré el paisaje

quise enamorarme pero las mujeres
se perdían no podían creer que mi corazón fuera un lugar tan lúgubre: creo que fui malo

por último leí algunos libelos sobre el autoconocimiento
no sé en qué pienso ahora, hago todo por inercia

y todavía me parece mentira estar escribiendo sobre ella
hija de puta digo
pero la he perdonado
pero la he perdido (quise decir)
“Soldado: la guerra ha terminado” (Rambo, primera parte)

es un camino largo


De Sumatra (ediciones Tácitas, 2005)

La ferretería fantasma


Lo que diré a continuación podrá parecerles descabellado
pero pongo a Alah por testigo
y que añada a los días aciagos con que me ha colmado Su Gracia
nuevos y más feroces castigos si miento
y que la calamidad  enamorada de mí
hasta el día en que escribo estas líneas
no me abandone ya jamás
en lo poco y nada que me resta de vida    
Hay como decía  en la calle Franklin
una ferretería que cambia de lugar
de semana en semana y en ocasiones a diario    

Esto lo pude constatar en 1997 durante el lapso de tiempo en que me tocó pilotear
la bancarrota de una pequeña empresa del sector    
Los vecinos seguramente objeto de alguna clase de encantamiento
obran como si fuera normal y me tomaban por extranjero al comprobar mi perplejidad
Hasta yo mismo llegué a dudar de mi juicio
obligado como estaba a alargar y acortar la ruta
cada vez que iba por clavos  lija  u otra provisión.

Que la mano de Dios trate el pulso débil de mi pluma
con la misma severidad con que ha regido mi existencia
si me aparto un ápice de la verdad en lo que digo:
dicha ferretería suele cambiar su ubicación siempre sobre la calle Franklin
entre los márgenes impuestos por las esquinas de Carmen y San Diego.

No diré su nombre por prudencia  a pesar de que ya no soy cliente de la zona
Si alguien quiere acusarme de embustero
sírvase visitar el lugar antes de sacarle el bozal a su lengua
y si no encuentra mis palabras confirmadas
preocúpese más por él que por mí
bastante tengo ya con saber que cosas como ésta ocurren

y no sólo en Franklin.



Para Y.S.C     (Tranquilo hermano  si no te veías tan mal).


Regresé al cementerio algunos años después de la muerte de Yamil para  como quien dice  pasar a saludarlo.     Siguiendo procedimientos de rutina  sus restos habían sido trasladados a una pequeña caja de mármol  junto a muchas otras apiladas vertical y horizontalmente.     Las cajas de encima habían hecho ceder la de mi amigo y algunos de sus huesos se hallaban desparramados en el suelo.     Los recogí y acomodé lo más respetuosamente que pude,   pero pese a todos mis esfuerzos la situación no podía ser más ridícula.     Hasta me habría gustado decir “tranquilo hermano  si no te ves tan mal.     Bueno  no veo mucha literatura en estas líneas  pero otro amigo al saber del asunto me pidió que lo escribiera;     en fin  no debería estar dando explicaciones por esto.



Gané un boleto de entrada al paraíso cristiano .  Y otro de salida.


Sentado en un banco de Estación Central  desenfundé mi almuerzo: 3 huevos duros  una salchicha y algo de pan.

Había decidido abrazar el bando de los enemigos de Alah.

Un niño tenía la vista clavada en lo que me disponía a comer y
sin saber bien qué estaba pasando  le regalé mi almuerzo.
Cosa horrible de relatar: el niño corrió a compartirlo con una niñita más pequeña que él    
Luego la tomó de la mano y la llevó donde pudiera verme    
Replicábamos alguna asquerosa postal navideña    

Reflexioné:
sólo un iluminado es capaz de ser generoso sin sentir placer por ello  y yo no soy un iluminado    
En consecuencia  no actué por generosidad    
Tampoco por placer.
El bien y el mal son códigos morales    
Tomar partido por tales opuestos en la conducta humana es abstraerse de que existen armónicamente en la naturaleza    
De hecho es absurdo pensar que categorías como frío o caliente tengan sentido moral.

Entonces
¿Por qué darle mi almuerzo a un niño hambriento en vez de arrojárselo en la cara?
En la imposibilidad de responder a esta pregunta sin echar mano a claves y discursos memorizados durante mi infancia  acabé repitiéndome que muchas cosas permanecen inexplicables.

Pero veamos 
sigo lejos de Alah  
en cambio  ya por esta acción tengo excusa para tirar de la barba del dios cristiano:

fui bueno durante 2 minutos    
de nuevo soy el que soy.


De El libro de los tiburones (Ediciones Cachiyuyo, 1995)



      Quien haya salido de un lugar complicadísimo
      en que nadie conoce a nadie
      con cien pesos y dos micros por tomar
      sabe el consuelo de
      meterse las manos en los bolsillos
      y silbarle una melodía a los viejos tiempos.
      La soledad genuina
      es a veces un alivio a los mortales
      la canción que silbo pertenece a
      una gringa de apellido Monk
      que solía escuchar para atraer a mi mente
      las horas de una velada memorable
      que pasé encerrado en la pieza de una amiga
      hace ¡Uf! muchos años.
      Sin embargo
      es en Messiaen en quien pienso
      mientras bordeo el cerro Santa Lucía,
      el sol se pone pálido
      y el otoño regresa
      a toda prisa.






          La historia comienza con
          una especie de bar
          en un país
          muy parecido a este
          no muy lejos de aquí
          es más yo diría
          casi este país
          tú con una amiga
          yo, solo
          tú, yo, una amiga
          en una especie de bar
          donde algunas personas bailan
          una música horrible
          la bruma es la misma dentro y fuera del local
          tu amiga me encanta
          pero parece inalcanzable
          tú no me desagradas
          qué tal si bailamos
          yo no soy lo que se dice
          un buen bailador de música horrible
          por eso pido disculpas de antemano
          tengo una sed tremenda
          y ando sin plata
          de pronto tu amiga sonríe
          tal vez si alargo la mano
          pueda tomarla
          pero no
          era un espejismo de
          esta especie de bar invadido
          por la bruma
          conversemos
          mirémonos a los ojos
          ¿un trago?
          no
            ¿un beso?
          no
          tú te niegas
          yo vuelvo a mi mesa
          a memorizar los detalles
          Dos años después
          el bar ha desaparecido
          nos vemos
          me hablas
         
          respondo apenas
            el que era hace dos años
          te mira con los ojos
            del que soy en este minuto
          sigo sin plata y con sed
          has ganado un par de arrugas
          y aquí acaba la historia
          sigo mi camino
          las manos en los bolsillos
          pensando en tu amiga.


Esta es la lectura de Julio en LDDS:

Julio leyó en Los Desconocidos de Siempre el 6 de marzo de 2009. Este es el afiche:




Posteado por Angela Barraza Risso el 21:24. etiquetado en: , , . puedes segui el rss RSS 2.0. déjanos tu comentario

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