Leonor Silvestri
Leonor Silvestri, (1976), biopoliticamente asignada al sexo “mujer” y fugada de esa identidad hacia ningún lugar
realmente. Poeta, traductora, periodista, performer, activista de género
anarquista, especialista en Literatura Antigua por la Universidad de Buenos
Aires, puta, dominatrix S/M.
Libros
Publicados: la compilación y traducción de Irlandesas, 14 poetas contemporáneas,
(de Bajo la Luna. 2011), el ensayo Catulo, Poemas. Una introducción crítica
(Santiago Arcos. 2005); el libro de poemas Acerca de las costumbres de los animales
(Ed. Infamia Trascendental. Puerto Madryn. 2012); El Don de Creer (Curcuma
2010, Ardiente Claridad Buenos Aires,
2° edición en Ediciones Germinal Costa
Rica, Santa Muerte Cartonera México,
2009), y los siguientes poemarios bilingües (español -inglés) auto-traducidos: Después
de vos (Ardiente Claridad. 2007. Con ilustraciones de Cristina
Lacenlotti), el curso. mitología grecolatina. (en formato libro- objeto CD-rom. Voy a salir y si me hiere un
rayo. 2006, con un subsidio otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires); y Nugae, Teoría de la traducción
(Simurg. 2003).
Algunas de las plaquetas de las que forma
parte: Simiostein- por un planeta sin humanos (Barcelona- París), La Siega (Perú),
Gargantua (Honduras), Sopa (Nº 7 Guatemala), Sobrepoesía (Número 6),
EUzine (número 7), “La pista” (para 2Obras), “Chic*s” y “Traducciones” para
Zorra Poesía, “Hacia Federico, Instrucción de Viaje”, y “Margaret Hassan” ;
entre otros.
Dirigió los 12 tomos de ensayos sobre
literatura antigua para Santiago Arcos
Editores/Traductores.
Formó parte del comité editorial de la
revista Anarquista Antimilitarista Periférica
publicada en Chile, Argentina y Paraguay. Sus artículos y reflexiones sobre el
anarquismo han sido publicadas a nivel nacional e internacional. En 2010, formó
parte del encuentro Trans Antimili de
Paraguay, organizado por la Comuna
Emma, Chana y toda las demás y la revista antes mencionada
Trabajó como colaboradora permanente para Página12
dentro del suplemento SOY desde casi
su comienzo y como periodista free-lance para diario Clarín y Revista Ñ, la revista de diseño 90mas10. Entrevistó in situ a
personalidades tales como las filósofas de género Judith Butler y Beatriz
Preciado y a poetas como Diana
Bellesi.
Tradujo al español y compusó una versión
de “I’ll be back” del The Beatles para ÚBIKA
junto a Julietta Monson publicado en el EP En el Fondo del Mar.
Trabajó en Gestión Cultural durante 5 años.
Coordinó y organizó la sección de literatura y de los eventos literarios (Brandon Gay Lee) de la ONG
"Brandon Gay Day" completamente, los ciclos de lectura itinerantes Aullidos con Patricia Pietrafesa (De
Cumbia Queers y She Devils), Lo dejo a
tu Criterio con Dani Riera (de
la Revista Barcelona) y Free Winona. Colaboré en la edición de
varios festivales Belladona y
eventos en el Centro Cultural Ricardo
Rojas y Centro Cultural de la
Cooperación, entre otros.
Su instalación visual-poesía sonora “Media Clase” fue presentada en el Centro Cultural de España en Córdoba
junto a la revista Ácido Surtido,
donde también ha participado.
Como parte de la colectiva Ludditas Sexxxuales ha viajado a Brasil y Chile con las colectivas Voce
Tein que Resistir, Paila Marina, la
Colectiva 28 yla Colectiva Rita Lazo para realizar talleres de ética del
deseo libertario y las afectaciones libres y performances. Actividad que se
repitio en 2011 con la Colectiva de feminas Rita Lazo por Santiago de Chile,
Valparaiso y Valdivia.
Fue parte de Poner el Cuerpo, formas de activismo artístico 80', organizado en
Lima, Perú, por el Museo Reina Sofía y el Centro Cultural de España de Lima,
donde también desarrollo su performance PornoMacumba.
Formó parte de Transamérica, encuentro entre artistas, docentes y activistas
americanos, coordinador por Francisco Nájera
y Paula Viturro, en el Centro
Cultural de España en Buenos Aires. El trabajo presentado en esa jornada
"Más allá de toda oscuridad",
fue publicado en Polimorfias e Identidades (Libros del Rojas 2009).
Participó en los Festivales de Poesía
Internacionales: Rosario (2006), 4to
Festival de Quetzaltenango, Animal del Monte, en Guatemala; V Encuentro Internacional de Poetas, El Turno del Ofendido, El
Salvador, ambos en 2008. Durante el 2009 viajó por toda Centro América
participando en ciclos de poesía, conversatorios y lecturas organizadas por
Rosa Chávez y Simón Pedroza (Guatemala),
Laura Zavaleta (El Salvador), Diego
Mora y el artista plástico Cali Rivera (Costa
Rica), La Coperacha y Fabricio Estrada (Honduras).
Fue parte del grupo de investigación
autogestivo y horizontal Posthumanxs
donde investigó el campo de las sexualidades y el uso de los placeres. Fue
adscripta del proyecto de investigación 423/08-09 Ubacyt sobre “El
discurso psicoanalítico en las pericias sobre derechos sexuales y delitos
contra la integridad sexual” dirigido por Matilde de la Iglesia,
Facultad de Psicología UBA. Fue adscripta a una de las cátedras de Latín de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y miembro de un proyecto de
investigación Ubacyt F034-2000-2004 dentro de cuyo marco desarrolló su trabajo
sobre teoría de la traducción e intertextualidad a partir del modelo autobiográfico
de las poesías de Catulo.
Actualmente espera la publicación publicación de su ensayo filosófico
político Ética amatoria del deseo libertario y las afectaciones libres y alegres
(Milena Caserola) y Un país extranjero libro de poemas
de proma aparición por Ojo de Marmol.
Durante 3 años hizo el programa de
contrasexualidades y el programa de radio,
Ludditas Sexxxuales,
administra sus sitios online (www.RadioZonica.com.ar). También realizó una columna de luddismo sexxxual en el
programa de radio BDSM de Argentina Rape Play (Miércoles 22 hs www.mazmorra.com.arwww.mazmorra.com.ar ), y para
Red Nosotras en el Mundo.
Dicta talleres de divulgación de la
cultura antigua y de lectura de poesía desde el año 2003. Vive con 2 gatos en
el barrio de Montserrat (Buenos Aires), no se alimenta de animales asesinados,
no fuma tabaco y práctica kick-boxing en un gimansio profesional con muchos
biovarones y Tai Chi.
Guerra
Fría
Para Felipe
Granados. In memoriam
La
hermandad de los hombres
A
partir de La Ciudad Ausente de Ricardo Piglia
Tape Burgos
troperito
conchabado en
Chacabuco para arreo
hacer su
trabajo y que los otros
sepan que él sabe
hacer
su trabajo, único
orgullo bajo el poncho
encerado.
Cuando amaina la
lluvia y el cielo aclara
campean vacuno
perdido
Burgos ve al
ternero que se ahoga y
recuerda la cruz
de plata sobre las tetas
duras de la puta
alemana de la pulpería
que no se cogió,
por vergüenza
giraba y le decía
a
los hombres les gusta ver sufrir
al
Cristo lo vieron
los
atrajo su sufrimiento
su
padecer.
Casi como una
compadrada
ahora que era
menos que nadie
demostrando
destreza
enlaza con una
mano
sola sin bajarse
del criollo
al ternero guacho
descarriado
después de la
tormenta
con la pata rota
el animal no alcanza
a trepar la ladera
de la laguna y se
hunde
en la zanja.
Burgos ya de a pie
lo sostiene del cogote en el aire
boquea el bicho
se retuerce
desesperado en el vacío
asfixiarse en el agua
jugar a ser
pescado
es mejor, pensó.
Los otros, peones,
por primera vez
al pie de la
barranca
lo vieron a Burgos
de nuevo
lo enlaza en el aire
ya casi ahogado
el animalito elude
el lazo
a nado huye
pero entre chanzas
Burgos lo pesca
sobre el barrial,
los ojos blancos
de terror, espuma
en el hocico
un paisano se baja
de su zaino
hiende el cuchillo
como si fuera hembra
lo degüella de un tajo, limpio
se acabó
asado de pez,
todos ríen
Burgos siente al
fin
la hermandad de
los hombres
Libertad
es un lugar lejos de casa
Siento la misma náusea que el tigre
frente al aro y sin embargo salto e ingenuamente creo que es a mí a quien
aplauden.
Felipe Granados
Tegucigalpa-2009.
En San Pedro La Laguna, Guatemala, existe un hostal que mira
al monumental bloque de agua volcánica, honda, y habitada por espíritus que
ahogan en su centro de gravedad a quienes se descuidan. Ese lugar, donde ahora
disfruto una cerveza bien helada contra el calor centraleño se llama Freedom,
en inglés Libertad.
Freedom ofrece agua caliente en todas sus habitaciones que
pueden ser compartidas o individuales, comida internacional, típica y
vegetariana, water-sports como kayak y ski, happy hour, fiestas con DJ
residente, ambiente cool- el mejor de la región-, servicio de habitación las 24
hs y lavandería, fogones, vista al lago y a los volcanes con guías expertos,
artesanías y tejidos guatemaltecos, TV por cable, masajes, piedras energéticas,
aroma terapia, excursiones, yoga, meditación, et cetera, et cetera. En el mundo
del turismo ecológico, esto es la libertad, un lugar que, como dice Loquero,
queda lejos de casa, y que, en la confusión entre viajeros y vacacionistas,
ofrece un chingo de opciones, el derecho a libremente consumir.
En el lounge de ensueño de Freedom, lleno de gringos rubios
de pieles al rojo vivo, tensas pero hidratadas con cremas reconstitutivas y
botellas de agua mineral, un poeta exiliado y bien pensante afirma la libertad
y autonomía absoluta del sujeto, y el derecho de lxs menores de edad (de 18
para abajo, todxs iguales) a ejercer el libre comercio sexual sobre sus
cuerpos, con adultos, a partir de una interpretación confusa y bastante
peligrosa de El Banquete de Platón y de la institución conocida en la Atenas
del siglo V como pederastia. Libertad
parecería ser trabajo sexual, trabajo infantil y tráfico, donde dos personas
son colocadas en una relación isométrica ejerciendo libremente, de nuevo, una
transacción económica, de nuevo, también. Él parece no entender que a falta de libertad, el poder se
convierte en dominación y el sujeto en objeto, y que, en definitiva, las luchas
por liberación (la sexual, por ejemplo) pueden ser una condición necesaria,
pero, en todo caso, no son condición suficiente porque abren un campo para
nuevas relaciones de poder, donde la libertad del
cuerpo y la autonomía del sujeto se convierten en la coartada de las posiciones
más conservadores y retrogradas que sostienen que esas decisiones, por lo
general desesperadas, y más destructivas
forzadas por la supervivencia, se realizan en plena libertad de
elección.
Esa conversación a la vera del lago me recuerda también a
Libertad, el más chiquito de tamaño y más fuerte de temperamento de todos los
personajes de la tira Mafalda de Quino, con la que algunxs de nosotrxs crecimos
veranos infinitos y calientes, en el club leyendo; una infancia donde
imprimimos la cicatriz visible y permanente de nuestra ceja izquierda contra el
filo de piedra y a la cual, por muy bellas que hoy puedan ser invocadas las
historias de cómo tenemos las rodillas fregadas como baseball de lustradores,
no queremos volver. Así, entendimos quizás la mitad de lo que leíamos y pedimos
explicaciones sobre las otras cosas, y aprendimos desde bien temprano política.
La diminuta e indignada Libertad, la más intransigente, recalcitrante, agresiva
y malhumorada de todos los personajes, pero también muchas veces la más
acertada y aguda en todas las reflexiones.
Prendo una vela, insurrecta y solitaria, y apuro un poco de
guaro ardiente y un purito para pedirle a uno de los pocos santos que venero
que me libre de la tentación de creer en la libertad como una coartada
individual para engañar a lxs demás, o como una esencia oculta dentro mío,
innata a mi alma que pugna por salir a la luz, una libertad abstracta y
metafísica, que a la sazón me causa nauseas; le ruego, en cambio, que me
permita acceder a un “arte de vivir contra la
dominación” para que mi libertad trascienda a través de la de lxs demás, y se
múltiple con la de lxs otrxs, por medio de prácticas éticas, críticas,
experimentales y de resistencia forjada en el mero mero centro de las
relaciones específicas de la dominación y de un poder creativo, que solo existe
en tanto soy libre… prácticas de libertad, le pido, hic et nunc, ahora mismo,
en este preciso momento, una praxis vital, sin declamación; porque hace ya
tiempo que no quiero tan solo vivir libremente aquello que tiende a brotar
espontáneamente de mi, ni siento acaso que mi “naturaleza” esté aprisionada.
Y junto con las luces opalinas y cálidas feng shui del bar
lounge de Freedom y quizás la posibilidad de que me inviten a un evento poético
internacional, abandono ese gran mito humanista, decimonónico, y demodé de la
esencia humana que cree y busca una sustancia. Lo abandono en pos de una forma,
histórica, pero también espontánea e individual, que se sitúa en la interacción
con lxs demás y no sin ellxs; para constituir, y construir, una ética
(libertaria, amatoria, sexual, selectiva, electiva, corporal, expresiva…) que
abre un abanico de posibilidades y de relaciones de toda clase susceptibles de modificación.
Prácticas de libertad que den forma a mi subjetividad, a la par de mis afines,
para anarquizar jerarquías corporales, privilegios,
afectos, normalidades.
En San Pedro La Laguna el sol se pone, y la temperatura
baja. Me cierro el abrigo hasta el cuello, y escondo la boca tras la cafiá.
Emprendo el camino, empinado, cuesta arriba, hasta la casa de mi amigo
Tz’utuhil. Tal vez todavía muchxs quieran creer
en la libertad ideal, abstracta y
metafísica como a tierra prometida hacia la cual peregrinar, una libertad,
digo, irreal y fantástica, que como cristales soñadores, tal solo imaginarla la
hará emerger desde la poza absoluta del nuestro interior a descubrir. Pero, no.
Unas palabras de aliento me acompañan mientras me alejo de lxs turistas, las
buenas intenciones, y lxs poetas: “La
libertad es la condición ontológica de la ética. Pero la ética es la forma
refleja que toma la libertad”. Siento la mirada de los
volcanes, oscuros y severos, sobre mi. El vendaval comienza a chillar.
Honduras- Nicaragua
Con la delicadeza
oriental
de trazo o mano
que sueña
o imagina
ideograma antiquísimo
y conjura en tinta
negra
un caracter que
suena a cuerdas
las yemas, palmas
de jaguares,
en mi espalda
acarician
las hojas,
pétalos, cual abrazo
de hiedra
enamorada de su muro,
que se enroscan en
tu brazo
imperceptibles y
finas
nadie se dé cuenta
-ni vos, tal vez –
del roce, mi
apetito por
un diminuto pedazo
de tu piel
que escapa a la
duerme vela
en este viaje
interminable
y a la estricta
vigilancia de la ropa
por arte de magia
logro posar sobre
tus dedos
fingen no saber
fingen incluso
ignorarme
no dormiremos,
pero nuestros ojos
persisten en
mantenerse cerrados
las visiones y las
utopías abundan
no serán dichas,
jamás pronunciadas
un antídoto contra
la soledad
de un bus
sofocante
rodeados de
enemigos
misioneros y
taekwondistas
donde compartimos
naranjas
juegos y afanes
en la intimidad
del secreto nunca
confesado de
anhelarnos
***
Si, soy yo la que
te toca
la que hace como
si
no te toca pero te
siente
desde atrás
sobre la espalda
y arquea el lomo
de gata
Mira me, sí
también yo he
querido
que me toques
¿qué soñabas o
pensabas?
o fingías no
mirarme
y me olisqueabas
como gato,
nocturno
que esperando la
noche
hace siesta al sol
fiel a un sueño
tan claro
y tan negro
–oh tremenda
paradoja-
como roja nuestra bandera
y obsesión.
La
interpretación de nuestros sueños
Nos
queda un largo viaje y mucho que hacer, ahora es cuando, ahora y todo
Héctor
Hernández Montecinos
Voy
a escribir sobre los poetas, porque ese es mi gremio, mal que me pese, y porque
no soy como esas cuarentonas reina de la música indy noventera que cantan,
bailan, son investigadoras de las ciencias, periodistas, madres, vedettes. Yo
soy poeta y no mucho más. Y voy a
escribir esto con lo mejor que tengo en mí. Son dos características que concito
y convoco en este viaje. Son dos alhajas, diamantes, rubíes facetados, tallados
contra toda doma social que en vano intentó y con su escarnio sigue intentando
erradicarlas de mi cuerpo. No son verdes esmeraldas, bilis de envidia o de
esperanza. Sino rojo odio y negra
violencia. Y con este odio mío más profundo que la garganta escupe fuego de un
volcán, odio inconmensurable, eterno, que los hierve en mi sangre,
incomprensible en un mundo de “está bueno”, “buena onda”, “todo bien”, vomito
violentas balas, palabras enérgicas con las que pienso a partir de ahora
abandonarles a todos ustedes que nuevamente en vano conspiran y conciertan
contra quienes resistimos; somos enormes e infinitos en nuestra arrogancia,
resistentes y más inmensos que el silencio o el sonido. Pretendo hoy mismo
enterrarlos en vida, bajo un basural de wasca, genocidas de la diversidad, de
lo distinto, poetas burócratas y reformistas. Mi odio radical e insano, los
acompaña, alimento diario y escudo personal cuasi infranqueable con el que
repelo sus infundadas, irrisorias infamias e ignominias, flechas, débiles hasta
la injuria. Cierto, la violencia no se usa más, excepto que la use el Estado,
del cual ellos se vuelven parte, ahora solo queda bien el asistencialismo de
los talleres a gente inocente en cárceles. Pero a mí solo me interesan los
culpables, los que efectivamente asesinaron y robaron a mano armada, los que
mataron a su madre y a toda su familia.
Y acá me robo la primera máxima que espero todxs entendamos: la
poesía joven no existe, los poetas jóvenes no importan, lo que existe – y pugna
por perdurar- son escrituras nuevas, y luego NADA. Y los poemas
desencantados, desorbitados de rara rabia ardiente claridad que nos hablan solo
a quienes nos hablan y a nadie más, de solidaridad freak para quienes vivimos atormentadxs por los
temas y las prácticas de nuestros colegas, y pese a todo sonreímos, y logramos
ser felices, sea lo que fuera que eso nos signifique, y sobre todo cogemos, si,
cogemos, cogemos, cogemos. Pienso a partir de hoy y para siempre reconciliarme
con mi intransigencia absoluta, intransigencia caprichosa, de malos modos y
maneras, de codos en la mesa, y pocos amigos, con mi impaciencia en los
juicios, rápidos, vehementes y precipitados, y con mi visión: camino junto al
tiempo, y todos ellos, dejarles aunque me valga la soledad más absoluta en
procesión encaminada al funeral. Hoy todavía tengo 32 y nunca más pediré ni
perdón, ni disculpas ni trataré de esconder que veo lo que ustedes quieren esconder, y así congraciarme. Veo lo que veo y
punto, y mis ojos basiliscos también los ven a ustedes, odiados y mediocres
poetas del poetaje universal. Hoy dejo de postrarme y persignarme y me
convierto en raza de maíz a la cual jamás tendrá acceso por que viajan en la
ruta con peaje como turistas de la vida con 20 kilos de sobrecarga de equipaje.
Sépanlo, las ideas no son trajes, ni sacos, no se prueban a ver si calzan, a ver si egoístamente
podemos darle a nuestras agotadas vidas un sentido. No son ni posibilidades, ni
opciones, ni chances, sino existencias contra la dominación, incluso la propia.
Y qué decir de las mujeres poetas no van
estar toda esta vida cocinándole a los varones, a nuestros varones,
cuando por suerte algunas, poetas especialmente, cuentan con el dinero suficiente para adquirir todas las noches comida de
delivery, Pizza Hut, Kentucky Fried Chicken, otras tendrán maridos o maridas,
para el caso es lo mismo, poetas, con cargos importantes en la agenda cultural
de estos países pobres y con ellas
comparten su dinero y su cuenta bancaria; y las más privilegiadas tienen
a la señora que limpia, que no es otra que la mucama, la sirvienta, la sierva,
la empleada doméstica o como quieran llamar a la esclava de casa (y no me
vengas con que le hace bien trabajar y necesita el dinero, dinero que podrías
estar dándoselo igual, lo mismo que una capacitación en lo que vos sepás hacer)
pero es más cómodo que otra te limpie la mierda propia.
Sangrar
una lengua muerta. ¿Para qué conocer a estrellas de rock y poetas, malditos? Yo
no quiero ni a poetas ni a rockeros conocer, ni ser su compinche, pipi, pana,
mano. Deseo que lejos de mi se encuentren quienes disfruto en la lectura o la
escucha, como Narciso, un deseo original en un amante. ¿Quiénes leen lo que
escribo? Poetas no quiero, ni quienes escriben, ni mujeres, excepto aquellas
que tienden las camas para sus
hijxs por las mañanas y con ellos hacen
la tarea por las tardes, pero dentro bien adentro de la concha anhelan una vida
de bataclana, y no ser novia del nuevo regente del boliche poetil de moda, no
deseo ser poeta nacional, y que me lean militantes, ni Buenos Aires no es
poesía, y a las cosas por su nombre Bob Dylan era Robert Zimmerman y era judío,
y vos sos Santiago, naciste en Almagro en el medio de la más media clase media,
y Macri no cumplió, y a los ñoquis no se los sacó de encima. Por eso dejaré
pronto de leer hasta que se olviden de mí, de que formé parte de ese gremio
infame, dejar de leer hasta que me convierta en nadie, hasta tener la gran
suerte de estar solo para mi, de tan sola encontrarme, más sola aun que hoy y
noviar con el vacío. Pero soy péndulo de fuego y reacciono. Quiero ser Carlos
Martínez Rivas, no tanto para escribir tan, tan bien, que emocionare a las
nuevas, y no tan nuevas generaciones de
poetas maledicentes, y poner cosas como “la poza absoluta de la infancia” o
“cuando tu ya no me quieras” o “te lloré un mar”, sino para volarle verga a todo mundo en mi insurrección solitaria, aprender a
burlarme de quien me levanta la lengua, una risotada en su cara, una chanza, el
grotesco. ¿Por qué me he callado entonces si
de todas formas me niego a cooperar y golpearme sola? tampoco podemos
hacer poesía de slongan y consigna frases magnánimas grandilocuentes para la
eternidad que mueven y conmueven a la acción y la emoción, sino no vamos a
vivir a la altura de lo que escribimos. Ay pobrecitos poetas, tan llenos de si,
su propia bandera, su propia conmiseración, de entierro cristiano, de nadie nos
quiere, nadie nos lee, nadie nos
publica, no se nos aprecia, ni se nos tiene
en cuenta; pobrecitos poetas chupando pija, sobando verga, aguantando
desplantes, negándose a pensar, no vaya a ser que alguien se ofenda si le
decimos lo que pensamos, si le pedimos “che, por qué no me hacés bien la
liquidación de los libros”. Hay que creer en lo que se escribe más que en una
misma. Hay que creer en lo que se escribe más que en la propia sangre, en la
familia, y en la progenie. Hay que creer en lo que se escribe más que en el
amor y en el futuro. Hay que creer en lo que se escribe con la fe en la santa muerte y en la soledad,
con la fe de un cementerio para enterrar miedos, poetas y mal paridos. Los
niños pródigos de poetas vírgenes homosexuales entenderán menos que nadie y se
mofarán de estas ideas, dirán cosas como “no hay que discriminar ni a los
dictadores ni a los fachistas para no discriminar”, y tarareando una canción de
esas que se usan ahora y comiendo un pancho bailaran en una fiesta gay
friendly, y volverán a las mansiones de sus padres con derecho a herencia, y 90
empleados, si, 90, en una gasolinera costera que bancan las publicaciones del
comunismo. Y no es que busque un estúpido purismo que no existe, yo también
tendré mi culo sucio en algún lado, pero hay límites. Y este es uno. Poetas que
de tan ignorantes pasarían por rebeldes frente a quienes entienden nada, y
nunca vieron a la cultura popular más que por el filtro de las series de canal
once telefe, incluso ostentan palabras todavía más acomodaticias que sus
voluntades y sus egos. Crisis de una generación por ponerle un mote y ser
dadivosa “mediocre”, y sus excepciones, en su cruzada por la nada misma,
huyendo de cualquier idea, se unen entonces, tácitamente a las filas de los que
pregonan dos demonios, la baja de edad de la imputabilidad, el que mata tiene
que morir, y tanta otra verborragia en última instancia que no comprende que
todo crimen tiene en si el germen de la venganza y de la justicia, que todo
crimen es contra la propiedad privada y los derechos de exclusión que ellos
concitan. O esos otros poetas más o menos cobardes, siendo amigos de otros
poetas a los que solo cabería el tiro en la nuca y la expropiación, que sueñan
con un polvo de existencia en una antología para que alguien sepa que hoy
estuvieron aquí e hicieron de su vida tres carajos, pero hoy estuvieron aquí, y
fueron amigos de sultano mengano y mamole, y “todo menos mi poco talento me
importa algo menos que un bledo”. ¿Se entendió? Pero un mundo nuevo crece
dentro de nuestros corazones, palpita, y no nos importa construir un nuevo
mundo sobre las ruinas que evaden el gesto oligárquico que ellos representan
para mí, sean de la clase que sean, me importa poco, si a tu novia sin trabajo
de todas formas le hacés pagar las expensas a medias de tu departamento
comprado con la herencia de tu padre y los negocios que alquilás en el
conourbano. La mala leche, la mala voluntad,
y la mala poesía en mucho se parecen a la codicia y a la usura, todos
signos a disolver en soda cáustica, y una escritura poderosa que se manifiesta
hombro con hombro junto a alguna idea más o menos sólida es un arma filosa,
pues prefiero los cuchillos y los lanzallamas, para vengarse y defenderse.
Puedo verles a ellos, el poetaje, negando y ridiculizando todo lo que haya de
subversivo, y corrosivo, o de tierno en las juventudes incendiarias, solo
porque jamás han podido prenderse fuego, y arder. En cambio, se han divorciado,
cuando la verdad nadie jamás debería casarse, como dijo Emma Goldman, quien
seguro tampoco saben quién es, y discutiendo por dinero y propiedades, han
derramado sangre sobre las terrazas de sus propiedades, inmensas compradas con
la ayuda de sus padre, y han discutido por las expensas, y los hijos, y los
coches incluso vendidos, a posteriori, en trincheras de clase media que se
armaron con cacerolas de teflón y las becas conseguidas con las firmas de
poetas otrora militantes, hoy tan solo añosos tira mierda embebidos en licor.
Oscilan entre la inseguridad, yo puse dólares quiero dólares, y la culpa de
todo la tiene Chabán. Su prepotencia patoteril de patrón de estancia o
sindicalista peronista de la CTA, o la CGT aleccionadora, su ninguneo
ejemplificador contra quienes eligen no alistarse en sus filas de cenitas en
Palermo buena onda y ni siquiera le dejo propina a la camarera. Puedo verlos
defender el chabonismo de quien solo ha escrito un libro o dos, ninguno bueno,
y sin embargo por decir ser, vaya una a saber, chabon, fierita, barrio, se
vuelve mito, a la vera de sus otros amiguitos, que levantándole a él se
levantan entre ellos. Puedo ver como sostienen el progresismo, los pantalones
de cuero, las discusiones en los blogs que jamás serán llevadas a la calle y en
la cara, siervos de las mazmorras
literarias y del clientelismo googlero para llegar a la publicación de qué? de
su pura mierda que nadie, de todos modos, leerá, cual cartel macrista
lombardiano curado y seleccionado por poetas directores de museo anquilosado, y
no te excusa el no haberte informado, el
no saber, ni el haber nacido en una familia sin recursos literarios,
para haber clavado las guampas y decir “NO, gracias, paso”. O la poesía
política que de todas formas va y lee en los jardines botánicos. Político solo
será lo que cualquiera pueda leer, algún
día, y entender, y gozar, y completar con su interpretación en la instancia de
la recepción y sienta entonces que aquel día, y tal vez su vida, valió la pena
ser vivida, junto con la pena que le llevó a leer ese poema y la pena que llevó
a quien escribió ese poema a escribirlo. Juventud idealista que desde donde
puede y con lo que tiene a mano repele y
lleva a cabo una revolución tan sutil y hermosa que ciertamente no podrían
ellos comprenderla. Por eso, la expansión de su nada no saldrá de esta
declaración porque yo aquí hoy mismo los sepulto con un ladrillo en la boca
para tapiarles el mal que hacen. Y todos lxs poetas omitidos y silenciados por
su tiempo, algunxs hoy exhumados como letra muerta, jamás como cuerpo vivo,
para que algún imbécil pueda coger levantándole la pollera a una nenita
confundida de taller literario, todxs esxs poetas despiertan y se alzan y
reviven hoy. La palabras reconocen el desafío, ai fierri corti, y sus ataques
por espaldas son heridas viejas hechas con un filo de plástico, oportunismo,
puesto en peligro, que temió a la diversidad y a la crítica cual doña de barrio delatora de la militante frente al falcón. Del limbo de la década
pasada a este texto, pese a mi edad, no me hice cómplice. Mis poemas no forman
parte de rankings como listas de radio o revistas teens del corazón, ni me
vendí a la novedad ni a tener amigos cool y editores que con la guita de los
subsidios de sus padres luchadores en vez de hacer una editorial de agitación
estético- política fundaron mini feudos
desde donde parapetarse posmodernamente (demodé, y pasados de moda, reeditando
lo asegurado y lo fácil) para decirse “eysoyeditormusicopoeta” contra otros
feuditos del mercado de la palabra cuya guita fue sacada de lugares aun más
oprobiosos que el estado. Mientras esté en contra del mundo más vital seré,
mientras esté en contra del mundo menos parecida a ellos seré, mientras más en
contra del mundo esté… quienes quieran sacarse los ojos, ponerse el palo en la
rueda, pisarse la cola, ponerse el pie, no me tendrán a mi entre sus filas, ni
ciega ni muda, ni amiga. Porque ya hace tiempo que deje de confundir lo que me
alimenta con lo que me da de comer y la lucha con la pelea.
Esto
no es ni violencia, ni un ventilador de mierda, que podría haber sido peor, y
en quien no me inspiré para escribir este poema es porque no he querido que se
cuelguen de mis tetas. Esto, decía, no es violencia, violencia es lo que
ustedes hacen contra la poesía, que es la vida, un tesoro a compartir por
todxs. Violencia es su falsa y doble moral, su hipocresía, su otorgar
credenciales, sus festivales. Mi odio no te engaña, soy verde mordedura que te
encera, lengua bífida sincera, profundo, fiel, mi odio no te engaña. Nunca
andás solo, mi odio te acompaña, hasta que el rostro se te vuelva cera, tendré
en tu sombra la forma de pantera, mi odio no duerme, mi odio te acompaña.
Felipe
Pido perdón al
viejo amor
por amar al nuevo
como si fuera el
primero.
Te hubiera
conocido antes,
un chingo de años
antes
cuento te faltaban
menos dientes, cuando
no te habías
pegado el bicho.
Cuántas veces he
pensado
ojalá te
enamoraras de mí, tan fuerte, tan solida-
mente hasta pensar
“Por ella, me cuidaré, por ella,
viviré por verla
envejecer cerca de mi vida,
en órbita.” Ojalá,
ojalá ojalá un enamoramiento
fulminante que te
sustrajera de la muerte
Pero, el amor
jamás ha salvado a nadie
conozco bien el
cuento, y contra quién compito
no siempre una
yunta de bueyes tira menos que
un pelo de concha
Contra el guaro,
sagrado, y la milonga
nada puede hacer
esta mujer
ni niguna otra
Y yo tampoco he
-cómo hubiera
alguien
podido- salvarte
esta vez.
Posteado por Angela Barraza Risso
el 10:49. etiquetado en:
AUTORES,
Leonor Silvestri,
Poesía argentina,
Poesía Latinoamericana
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