Juan José Rodríguez
Juan José Rodríguez Santamaría (Ambato, Ecuador, 1979). Estudió literatura y periodismo en Quito. Hizo cursos de traducción en Madrid. Ha publicado Los rastros (Quito, 2006), Viaje a la mansedumbre (Barcelona, 2009), Barrido de campo (Arequipa, 2010) y Cromosoma (Quito y Santiago de Chile, 2011). Ha sido incluido en antologías como País Imaginario (Madrid, 2012, Quito, 2011), Poesía de Ecuador (Madrid, 2009), Antología Ecuador-Perú (Lima, 2009), Álbum de arena (Guayaquil, 2008), El Vértigo de los aires. Poesía latinoamericana 1974-1985 (México, 2007). Recopiló -junto a Luis Carlos Mussó- el libro Tempestad secreta: muestra de poesía ecuatoriana contemporánea (Quito, 2010). Sus poemas constan en revistas virtuales e impresas de México, Perú, Ecuador y Argentina. Además, ha publicado varios ensayos sobre poesía ecuatoriana e hispanoamericana. Como traductor publicó el libro Una cosa natural. 29 poetas norteamericanos (Quito, 2009). Formó parte del comité editorial de la revista de poesía Ruido Blanco. En 2007, obtuvo el Premio Internacional de poesía joven La Garúa y en 2011 fue finalista del festival de la Lira 2011. Ha sido traducido al francés para la Revue de la Meet Quito-Dublín.
EGON SCHIELE
Mujer sentada con la pierna izquierda levantada, 1910.
De pronto, contén a la muchacha en su vestido verde. Un color leído en el agua de un mar pajizo en lo nunca extinguible. Contén la rodilla contra la cabeza: piélago del aire. Me mira. “Pigmentaste”, digo “manchaste” las piernas. El temblor del dibujo: vacilante línea de la tierra. Creo en el rasgo, en la torsión que muestra el filo del hueso, la fístula de la noche encarnada en el tendón del hombro fugitivo. Torsión que tiembla incluso en claridad de aurora. Exhíbeme el cabello incendiado, gimiente. Temo al mundo, el mundo: esa carta navegada de la muerte. Firma: autorretrato del pintor oscuro. La inyección de la aurora arraigando hacia dentro del cuadro, estarciendo el sol. Desde la vulva entrevista y las bragas cubiertas, transparentes: el altar del inocente. Manos conteniendo el material del cuerpo, evitando la fractura de la nave del cuerpo, hasta los pies disueltos en el tan vacío pajizo de la tierra.
FRANCIS BACON
Tres estudios de cabeza humana, 1953
El don negro. El fondo llorado, veteado por la cola de un cuervo. Se apresura, ves, el movimiento: son tres tomas. Un cráneo morado sin ojos no pregunta. La corbata es un anillo para asir el cuello. Tira de la garganta. No, espérate. El traje negro sobre el fondo negro. Te veo la lengua morada. El cuello de la camisa blanca es el vacío de la vía láctea, el iceberg en polvo humano. Abriste la cabeza y luego tu lengua morada y, al fin, te veo los ojos. Al fin, la cabeza estrellada contra el cristal blanco, contra la esquina –lo sabemos por las líneas- y es una almohada. La boca deja ver uno o dos dientes. También el cuerpo es un fondo llorado. También todo. También el alma.
CANCIÓN DE AUTOR
En la Iglesia Evangélica de la Eternidad, 2008
I
En el viento de los eucaliptos, el agonizante no morirá lejos de mis ojos sin mirada. Extintos. La calle de los largos delirios me conduce a la iglesia de la tierra sin mundo. Allí el pastor bendice sillas de comedor, perdices pardas (las negras son diabólicas). Pongo –para él- un desierto. Un desierto en forma de mirada: polvo y rostro de niños perdidos bajo las máquinas de coser. Agónicas. Agónicas.
II
Observo que el pastor nunca tocó este encefalograma con la esquina de la estrella capturada por los pilotos jubilados. Tampoco el alma subió a las máquinas de coser sin despreciar mi risa. Esconderse en el armario donde el señor no pudo encontrarte. Te doblaste. Con mis dedos, huraña soldadesca, impedí su entrada a un cielo de tres paredes y esquina lateral de sombra y otra esquina y otra y otra. Mi cuerpo fue la desnudez repantigada, impasible.
III
Antes que nada, mi cuerpo es un cajón de nervios, un sistema nervioso de cajones. El pastor coloca su pastilla bajo mi lengua (Zoloft, Neuril, Lyrica): el reino de los cielos está cerca en mí. No quiero morir, pero quiero. La muchacha con ojos de ciervo pule los huesos de mis vértebras. Me arrodillo junto a su zapato y anudo sus cordones. El rostro de María Magdalena tintinea en su zapato reluciente.
IV
Mantel vacío son las estrellas domésticas sobre la mesa del bar donde mi rostro es cada peleador lampiño que me cuenta su error sin esquinas. Mi nombre escrito con todas los límites, con cada error fundido en acero. Afuera, un hombre cuelga sus pancartas de la Biblia: No entres a esta cabeza perdonada de sus pecados. Sólo estos huesos tienen una extraña solidez para el llanto.
V
En su iglesia vestida con cielos de polietileno, el pastor sueña perros: animales que sufran en los ángulos. El agonizante canta lejos del mundo, llorando en un muro de agua. Sueña fuelles y autómatas: las máquinas aman mejor que la luz, diría. El cromosoma del dolor no tiene origen, pero no creas que el cielo es sólo deformidad oscura. Las aves serán profecía de otra cosa. Una vez más. Otra cosa. Siempre.
PEQUEÑO ULTRAVIOLETA DICE
Diciembre 24 2008 22:00-23:17
¿Cómo? Describe la visión periférica una sala con “beato sillón” y pantalla plana. “Pequeño y triste petirrojo” en National Geographic. (cambio de canal). Hoz y martillo en la chaqueta del salesman. (cambio). Ultravioleta, ultraviolencia. (cambio, cambio). Programa infantil sobre las manzanas de mayo. (cambio). Historial magenta (se abre en un rojo, en un naranja turbulento, en un rosa de vejiga hinchada). Metástasis de la primavera en viaje a la retina. Recito “Oscar Wilde llevaba una gardenia en el pico” frente a su rostro fugaz en la pantalla. Esto es lo único encendido- dices. Esto es lo transparente- dices. El ojo es como un faro halógeno frente al reino de este mundo. Canal aleph.
AXONES
Canción de despedida, de llegada.
I
En el cuerpo, los nervios pesan como arterias de plomo. Con las pastillas, el cerebro se ablanda como un río benévolo. Las neuronas son libélulas negras que sobrevuelan un estuario mental. Por la mañana, el médico me dice: “tiene una enfermedad en la cabeza como un otoño inhabitable”. Yo también lo sospecho.
II
En mi habitación, trago astros en comprimido, pastillas que resplandecían en mi mesa. Todo para evitar el picoteo del gorrión, pájaro de la enfermedad, bajo mi nuca. Mi cerebro se equilibra un instante. Junto a la jarra de leche, los pomelos húmedos están sobre la mesa, como un cristal antes del acabóse.
III
Este día sueño con destruirme. Volarme con un pájaro la sien del cielo para que mi cerebro se haga espuma en el mar. Este día sueño con destruirme. Sumergir mi pecho en la hoja del baniano y desaparecer.
IV
Tengo un clavo en la mente: una herramienta de luz manchada o sucia. Por ella, el ruido de los automóviles es mi fonética del mundo: carros en una larga fila de carros en una larga fila de carros atascados. Mi oído se convierte en un atributo del dolor que viaja –como tren japonés- a la velocidad de la luz desde mi cuerpo, contra mi cuerpo.
V
No hay estación del cuerpo, pero el dolor la crea. Llueve mielina en los nervios (aguacero plateado). Tengo sacudones en mi esternón y en la piel de los brazos. Tal estación –diríase parecida al otoño- deja caer hojas de radón desde las ramas de la columna vertebral, desde la encina que el anatomista llama árbol de médulas.
VI
Como un fuselaje, entré a la cámara de resonancias. Escuché un zumbido electrónico para obtener fotografías de mis huesos, de la pasta cerebral. Allí la máquina descifró mi sueño de oler cedrón mientras acariciaba un pájaro. Como un diapasón, el cráneo contraído percutió sobre mis días de luna elemental, profética. Imágenes de una piedra de la locura iluminada por el espejeo del láser.
VII
Las placas tornasol decían: hay un quiste en tu cerebro. Trepanaciones. Extracción de la piedra de la locura. Pienso en un tumor, como un cometa contraído en un puño.
VIII
Mi médico, el poeta, dice que los puentes son hermosos, que no duelen. Él habla sobre puentes materiales: un puente uniendo mis articulaciones enfermas con la orilla (ahora detenida, luego suelta) de la tina. Goma de sangre. Un verso es una línea, un hueso es un hueso. Separo lo separable. Recojo mi cuerpo, oculto tras la bata de cirugía, mientras miro las nubes, su blancura metódica, mi adiós.
AUTOPISTA A CAYAMBE CONFESIÓN Y REVELACIÓN DEL PACIENTE
Esto no… no es lo que yo… yo quiero decir, doctora. Esto no es lo que yo puedo decir, doctora. En mi mente aparece, entonces, el árbol encendido (en su nostalgia). Miedo, doctora, miedito: no quiero ese sol iluminando mi jardín con cráneos de colibrí sobre la hierba.
Algo como.
¿Decías?
El sol, como vestigio de un tiempo ajeno,
habita el trébol blanco,
los troncos del peral
en la mañana de éste y de otro mundo.
Tras las horas, largas como un imperio,
el color de la luz será vivaz para el dibujo.
También para mis ojos:
lectores inexpertos de la cálida, silente epifanía
que todo lo contiene y casi.
No, mintiendo, niño de hueso: niño cabecita de nadie: mensonge, y si viniste aquí, si pagaste la consulta es para que escuche.
Sí, un cielo, sí, probando, sí. La noche probando, doctora, el cielo es doctor, mi doctor, doctora, el mundo como una ladera donde resbalan cuerpos hacia el infinito vacío.
No, hacia un paisaje aymará, me dices, doctora:
Al filo de la montaña coronada
cae la nieve,
junto a la niña del viento.
No sé su hermoso método
para hablar del invierno.
Este paisaje es una niña aymará cantando en la habitación de nieve que es el mundo.
Realidad es proceso.
Realidad es reality show de un río transparente.
Realidad es un vencejo que se clona a sí mismo hasta ser su parvada en la célula cortada por los genetistas.
Realidad es antipájaro, es reposo de un pájaro sobre el punto débil de la rama colgante.
Te digo doctora niña aymará, escóndeme.
Escóndeme en tu cielo obstáculo,
allí
quizás un verso escrito
sobre un pájaro jamás mirado es falso.
Así dijiste, mientras del libro abierto:
palabra o cóndilo de ti,
brotaban pájaros, acariciados ibis.
El mundo corregía sus pactos.
El ave desovó un huevo tornasol vacío: allí pusiste una crisálida de azogue. Allí pusiste un kiosco de aire. Allí pusiste una tienda de rock. Allí fundaste una escuela que sólo enseñaba a escribir comas.
El hombre sano escribió estas frases rectas,
delineadas: estas sílabas en escuadra
como jardines planos.
Aquí plagio del plagio
Sólo en lo blanco,
bajo las lámparas colgantes,
el destello de la nieve.
Una mano enciende la hoguera
en el país, grullas y lotos,
de muy lejos.
Más allá de la choza nipona
delicado, delicado barroco/
del silencio.
Luego, el vacío.
Luego, el paciente pájaro de mí se reveló contra el sueño
de su propia mente hoy expandida como paisaje punk:
nada era un sueño. Los poemas lineales eran sólo
-como una carretera vertical desierta-
los ojos de lo hermoso.
Las nubes de la eternidad pasaban lentamente.
DAVID NEBREDA, Las manzanas de Coreggio, 1989-1990
Pensamiento doble.
Pensamiento de 2 mentes dobles: pensamiento de 2 mentes multiplicadas sólo por el número 2.
Pensamiento idioma desecho sobre la textura del hueso que habita el hombre que fotografía su propia cabeza: mi cabeza.
No tengo cabeza pero esto merece ser filmado en un solo cuadro.
Esto merece un pensamiento blanco, sin idioma, sin cuadro.
Esto merece idioma, alfabeto de cuadros.
¿Habitación?
Habitación de varias noches molidas o estrujadas o exprimidas en mi mente como pastizal disuelto en un cuadrado de agua. Si el enjambre del espejo no fuese mi latido. Si esta suma de moléculas donde abro mis ojos extensos ante el espejo plasma pantalla de video extenso fuese sólo una fábula habitada por objetos. Si la tela del fondo fuese un desierto compacto para que las manzanas tracen un largo túnel hacia mi cráneo de cristo reversible sobre el espejo donde no hay nadie. Si. Si. Si. Pero allí está la mesa, pero no hay nadie si no un largo espacio, como usina vacía, donde la manzanilla encendida crece de vieja inmovilidad.
Era esa la fotografía donde yo estaba mirándome y tú me dabas miedo al interior de mi pupila escena frontal.
Yo tenía miedo de mi inmensidad envasada en mis ojos naturalistas y grises.
Fui un segundo cielo ocre-reventado, un segundo cielo vertical-tridimensional: cabelleras azules por donde alguien pasaba y no era yo mismo por largo tiempo.
Noche servida sobre la mesa, y noche-papel para el blanco anterior al mundo donde nadie se atrevía a amanecer sin un cuerpo violento.
Cerebro de la mariposa
o llama sobre el espacio oculto
de esta primera narración
de esta vela blanca resumida
recogida reprimida reducida reunida.
En el rostro dividido dos lugares diferentes:
pensamiento dividido de dos lugares diferentes.
Partición violenta
de las estrellas
sobre el rostro doble que gira buscando qué.
ESTÉREOZEN
(quise oír el posinfinito)
Si funciona esta máquina diré procedimiento.
Si funciona el procedimiento de marcar estrellas como reses y decir “no son mías, si no raros mecanismos de la distancia: exilios forzados de la realidad del espacio: liberación de formas audibles contra la física del átomo que juega a las estatuas”.
Si funciona esta máquina diré cabeza-sonora-procedimiento.
Si funciona la máquina. Si funciona, el oído es un ave entrenada enterrada encerrada en una casa de hormigón de su tamaño y forma (y cante: y sea interior como es interior un código de estrellas en la partitura que fluye –mecánica- con el sonido de la inmovilidad):
quietista.
Sé lo interior:
esfera, esferísima donde está encerrado el harmonium tenso como efigie de un arco
(“Bending the Bow”: Robert Duncan)
Escucha:
lo más bello era el mecanismo: un tumor schönberg en la ausencia del pájaro con dos ojos de vinilo: en la pupila la aguja guiando la criatura venida del espacio interior hacia dónde. Misteria de profundis el suave vuelo donde giraba el CD en la bobina bajo el láser que meaba sentido ultravioleta en la discografía Miles Davis Don Miles. Hueco. Nivelación. Hueco en los círculos. Stan Getz otro animal gordo de la suavidad, otra luz en un cielo de bobinas giratorias el saxofón… luego: traducir el presente:
erosramazotti.joaquínsabina.ricardoarjona.alejandrosanz.paulinarubio.paulanka.paulsimon.georgesmoustaki.charlesaznavour.edithpiaf.donomar.mercedessosa.violetaparra.kurtcobain.jimmorrisson.charlygarcia.charlysaa.panchoprado.lospanchos.maximoescaleras.bjork.lhasadesela.nirvana.cafetacuba.molotov:moloshit: entonces desarmar el fragmento desde dentro: desactivar dices/digo la polución de sentido inside el pájaro esfera: el sentido del ave reinando en el centro del cuarzo guiado por el báculo estéreo…
El príncipe-objeto de la realidad estaba en mi cabeza y (se) gobernaba sólo con la forma de girar el cuello y decir “realidad es decir mundo bocabajo. Es un largo revés de tenis”. La pelota suspendida en el
aire como una protesta
aire como una propuesta
política:
soplo de aire de jazz es aire de polis de soplo en la bucovina de celan: ¿alemán? un aire yidish: un aire de productor musical askenazi: + sefardí: clarisse nicoidsky y dibaxu de gelman: un leonard cohen con flores para el nazimiento/de una nación con milton nascimento: largo revés para un tenis sonoro: soy goyim ergo escucho una realidad goyim: glen gould es mi petirrojo suabo.
…desarmar el fragmento: el mecanismo de la cabeza hablante: de los dientes sonoros: el “crujir de dientes”.
Única música desastre intenso
escuchas
crujir de dientes, raspándose, sacando.
Tiemblan tímpanos en una habitación
del tamaño
del mundo.
POST LIHN
En este video debería trabajar en diálogo con las reservas de mi vida. Debería hacer un teatro con objetos inmóviles en descomposición, pero piedras, pero hijos de mis hijos piedras.
Una narrativa real, digamos.
Una narrativa pulso de mi mano al despedirme de Ella hace tiempo.
Una narrativa real (una naranja abandonada en el centro de la estepa), la poesía desechada y pura y exacta y sucia: compañía ilimitada de un idioma donde bebimos cerveza contando el espacio entre el último insulto del amigo y la velocidad de caída de los meteoros.
Sí, para siempre, para que el poeta con manos de niñita hombre (yo, entonces) secretario general de los nadies señale en el consejo de los nadies que: “el agua está relacionada de manera directa con el semen de los ahogados”. ¿Por qué dijo eso? Ignorancia, conocimiento de biomecánica y limpieza de los cuerpos. No sé, pero acertaba.
El agua fecunda la muerte en los átomos donde la muerte sólo arrecia como una ola blanca.
Necesario pues mejorar la salud de los hombres y de las mujeres con una improvisada sala de torturas y la esperanza de vida con una improvisada sala de torturas. Otorgar más poder a las mujeres como ánimas del miedo y como largas terminaciones de las estrellas. Mejorar la seguridad alimentaria de la lengua con un nietzche de manteca cocinado en sí mismo. Vigilar el desarrollo sostenible del cardo que ha destronado para siempre los niños que fuimos. Luchar contra el cambio climático de nuestra mente mediante una bolsa negra de polietileno dispersada en la eternidad de bajo impacto.
¡Por eso!
884 millones de personas no tienen acceso al agua potable
884 millones de palabras no tienen acceso al agua de la lengua
884 millones de palabras son demasiadas palabras, excepto si la velocidad de la lengua reduce la velocidad de la muerte
Evitar la muerte a toda costa.
Sólo escribir un diario de muerte:
vacío
donde cualquiera pueda
leer su nombre.
STORY LAPSUS ONE SOLITUDINE
Sin rostro, caperucita cráneos habita la cabeza del lobo que piensa cada segundo un demonio beige para torturarla: caperucita cráneos, desnuda sobre una mesa extensible, equilibra el asunto imaginando demonios beige para que caven tumbas en la mente del lobo.
Por eso, la velocidad del acontecimiento es lentísima.
Por eso, la velocidad del universo es lentísima, si esta imagen se repite en cada plano del mundo,
pero no funciona así.
Aboliste: cortaste dos autores redondos,
dos poetas estéreo: surround belleza.
Mezclaste dos con recortes de prensa.
(Esto es un cuento demolido).
Algunos hubiesen preferido
“Un jarrón esmaltado” o
“Tres rostros no portátiles”
como
Björk
“Hiperbalada”
En el circo del frío, la pequeña hunde sus dedos,
salta sobre los rascacielos del mundo
y coloca su alma
donde se hablan dialectos de hielo,
sobre una isla y sus fiordos.
Por ella, por la pequeña, aún canta el ruiseñor helado,
su voz de átomos de hidrógeno
tras las guirnaldas de la congelación,
Un hada björk, una Caperucita Cráneos en un videojuego: muñequita de papel naranja. Filman su videoclip esquimal bajo la luna: ese rostro de la máquina o espíritu del cyborg o dispositivo de un ángel en la proyección de dios.
También
como,
Lila Downs
en “Canción mixteca”
En nahúatl, hablan los pájaros
sobre la copa del árbol intraducible,
Un sauce para colgar a Caperucita Cráneos “alias Lila” desde un sauce con 30.7 kilómetros de altura y sin raíz a tierra. Sus pies acumulan millas de despegue, savia de zapallo astral en las arterias: pregunta, al despertar en la estratosfera, por otra forma de la muerte. También
una
Emma Shaplin
en “La silente”
En el cristal alucinado
que no es obsequio
arde lo que ha de vibrar
sólo como eficaz nostalgia
del viento.
Emma caperucita, dentro de un cristal, recoge gladiolas
en un huerto de surcos marcados en papel
hasta que nada está
aunque nunca hubo,
aunque caperucita cráneos es lila bjork emma
desolladita, luminosa:
son tres,
tres rostros.
Tres estos poemas rostros.
Tras la ventana más allá visible, más allá de materia,
la lengua es material (diles)
sobre el no rostro de caperucita cráneos. Diles, cuéntales cómo paseaba en tacones prestados de la bruja del oeste con una canasta de cabezas de hada para obsequiar a la abuela que es un rostro sin hombre bajo un páramo lentamente luminoso.
Este cuento puede terminar en cualquier parte
y ser infinito
y ser padre de todos los cuentos
y cerrar mi boca con un paisaje alargado
donde los límites ardan lejos.
INTERMEZZO VELOCIDAD THOM YORKE
Desordeno el espacio donde la mente tiene lugar.
Este espacio que es toda mente: una larguísima hilera de postes telefónicos: de avisos. Da forma esa hilera a una colina donde los niños androides paranoicos suben para mirar la ciudad estallada. Sopla el viento del páramo y las ánimas son sopladas y soplan sobre un bosque de cadáveres filmados desde todas direcciones por los ojos del aire y, a lo lejos, los niños miran y dicen: no podíamos destruir, no podíamos salvar destruyendo este espacio que es el largo corredor de la mente, pero al final, donde las neuronas desposan al pájaro mutante, a su anillo nupcial en la garganta, alguien aguarda mi despertar.
[koan haendel: música acuática]
Un pogo en la discoteca de la física, un crash de moléculas
es la mente de un pez & sus ojos de cuarzo miran qué:
el estuario de un río. Imagino este perfomance: lo que veremos
una cabeza rota: esa imagen al abrirse como cuerpo de átomos
& pantalla digital televisiva sobre una cinta azul enroscada
en los cráneos lustrados de los muertos. Esta partitura, espuma,
este flujo arrancado de una playa muerta. Soy esta orilla que no ves
sobre esta fotografía, este límite trazado sobre una fábrica, espuma
de aceites industriales, botellas plásticas, cadáveres de libélulas
como hojarasca musgos & estarcida lumbre. En secreto,
mi propaganda modernista es dispuesta entre canciones
y lugares seguros de la psicoterapia. Joy tuvo un sueño
donde se destruía el mundo y sólo quedaba un cráneo de agua
sumergido bajo nieve. Será, digo, como un río
que cae sobre la piedra donde mis calles aparecen
como escrituras de asfalto & se doblan en cualquier dirección,
invierten su sentido, disminuyen, se pierden.
Cañerías que suben hasta el décimo piso
como pensamientos del siglo XXI, del siglo XXII.
Arterias de una ciudad adicta a los golpes y a la imagen volumétrica.
Larvas de tiempo como orugas parasitarias en la historia del cielo.
Larvas como un método para desmoronar las cosas,
un ejercicio de velocidades,
como un animal que puede ser invadido y siempre desmoronado.
En realidad, pienso en detritus como los sueños modelados por las leyes
que gobiernan el pensamiento de nosotros, las ovejas humanas.
Pero puedes ser un lobo, pero si eres lobo ya estarás muerto.
Aunque, seamos honestos, la realidad son lavadoras automáticas
donde uno observa el oráculo selecto: nada, nadie, nada, nadie.
Camisas húmedas, células como historias de una vida geométrica.
¿Anarquismo, entonces? Talvez, pero más bien un parque temático de sueños,
donde un gallo puto de hielo puto y niebla
se oye cantar al interior de un paisaje.
Mis huesos enfermos están arriba de mi noche misma
como una postal turística donde la vida se autocontiene para no destruirse.
¿Volver hacia lo básico? Talvez un río, pero, más que un río,
una red de tuberías a lo largo de la hidrometrópoli: ratas para un ilusionista
del futuro: y sí, luego un río y luego un eterno retorno hacia
el páramo invertido donde decidimos acampar como hippies simbólicos.
Desde luego, soy lo que mi cuerpo me impide ser:
una isla de metacrilato flotante sobre el aire & un pulmón de abeja
en un estuario de polen, de silicio, de trébol y de piedra.
¿Piedra? Las cosas que uno pudo sentir fueron arrancadas del mundo
por alguien que ya no existe. No escucho ¿y quién sí? balidos de una cabra
que pasta en este planeta agónico de carne azul, helada.
[tachaduras: FIDELIO: Beethoven]
No ves que tras mi máscara, Fidelio, hay una mujer de alambre y nieve temblando en los residuos de su oscuridad. No ves que te buscas en los calabozos mentales que revelan tus vértebras -como clavos calientes- cuando las abres en la piel de tus sueños.
Esto es una cabeza de hombre reversible: un astro de paja oculto tras el astro de lumbre tras el astro de paja oculto. Atrás, el fuego como grasa frotada en la cabeza de los niños que van a su escuela donde el profesor ilustra la amputación del sistema nervioso a manera de caos ilegible.
La cárcel es un pájaro en la cabeza de los niños que traen las revelaciones.
PUERTAS
La cárcel es la liberación de una molécula en la granja de un pez de niebla.
PUERTAS
Fidelio tranny, a buscar en su cabeza interior a su Autoleonora como el sonido de la soprano spinto que crea una puerta de vapor en cristales por donde entran los brazos del nadador sin cuerpo, dibujo en el manual del Moridor con larvas y cuchillas.
ATENTO
ATENTO
ATENTO
El miedo da paso al hombre y a un niño fecal con brazos amarrados como cuerdas a la sociedad de los dispositivos, a los ganchos que arrastran tus nubes ensambladas y paisajes químicos y tu barco de papel periódico sobre una línea de animales muertos: la frontera de NO.
Escucha, en tu volumétrica ópera, Fidelio, cómo alcanzar la transfiguración, la deformación hasta ser la nohombre en manos de tu animal vacío: que eres tú mismo & un desierto de letras como ínsulas metálicas en un esquema de realidad donde me constituyo lo más frágil que soy: mi mapa de esta fuerza sin fuerza, de la extracción de mí para mostrarme: un balde con huesos reunidos ante la nada muerta.
Un agujero a vaciar siempre para llenarlo de la materia-lodo de otro hueco, de un agujero negro donde las estrellas anuladas danzan el baile medieval de la muerte (como títeres escuchando al interior de un cesto que alguien mece, el choque de millares de huecos como teorías de la fortuna ciega, como pasitos que se acercan). Fidelio,
tú eres la frontera donde me abro & soy
la imitación de mi mano por la niña que te abre la puerta cuando abres tú la puerta (en este dónde raspado por un signo tachadura de eternidad sin qué).
La calavera que no escogiste ser, la esperanza de NO volver a reproducir con tu lengua las palabras de la tribu, estar en la contraria pero no serla, infringiéndote el daño que otros te hicieron, para adelantarte, para hacerte posible el calor de tu aliento sobre la extraña Tierra.
[tachaduras Dime, ¿qué ves Carlos Edmundo?]
Dije: A la noche, cae una cabeza: es la luna
Dije: es el pensamiento de un dios de piedra en un sueño electromecánico,
es mi hija soñándose robot en su laboratorio cerebral.
Una huella de sombra que despeja la blancura de nube
de esta metrópolis de muertos vivos, de esta luna desgonzada
sobre la carne pálida de un camal sobre la mesa del cielo.
Estoy grabando mis iniciales en la médula
de un andrógino metálico que sueña el vuelo del colibrí eléctrico
sobre un bosque de árboles de titanio recién ensamblados
por el dios que nos sueña con la mitad de su cabeza
y con la otra pretende aniquilarnos un paisaje de cráneos de ruiseñor
como aerolitos alumbrados de sangre o aceites de una absintia virtual,
mientras el pensamiento es un líquido es un estarcido de arena de agua
sobre la rocas en el paisaje virtual en shock.
joy. segundo sueño. ¿final? septiembre 2011]
Ella corre por el pasillo y no mira.
Ella huye del asesino serial, del poeta serial, huye.
La muchacha sube a la terraza y dice:
ves esa casa, juanjo, allá está el cielo
y allá también estamos muertos.
Yo no veo la casa y estoy muerto, pero
son palabras para elevar una casa y están muertas, pero
sólo dije que ella podía volar ese día sin morir.
Las campanas del amanecer crujen como papel quemado.
Todo el papel quemado no alcanza
para trazar un círculo sobre el amanecer.
Posteado por Angela Barraza Risso
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