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Un (ejemplo) salto



POR JULIÁN HERBERT



Entre las genealogías estilísticas que la literatura mexicana indefine o posterga cabe citar el nombre de Miguel Donoso Pareja. Avecindado en nuestro país durante alguna época, este escritor ecuatoriano tuvo el acierto de fundar, hacia mediados de los 70, talleres literarios fuera de la capital del país. No sé cuáles eran sus preferencias literarias; puedo sin embargo inferir que entre ellas se contaban la experimentación y los referentes culturales de las generaciones más jóvenes, porque en 1975 formó parte de un jurado que otorgó el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes a José de Jesús Sampedro –poeta zacatecano que entonces contaba 24 años– por su libro un (ejemplo) salto de gato pinto. 

A principios de los 80, dos alumnos de Donoso Pareja –el propio Sampedro y el potosino David Ojeda– tomaron la estafeta de los talleres literarios itinerantes y llevaron este afán extensivo a dos extremos: por una parte, acudieron (con una voluntad entre evangelizadora y posmoderna) a ciudades del noreste tan alejadas como Saltillo, Torreón, Monterrey y Ciudad Juárez; por otra, incorporaron a la disciplina literaria que habían adquirido su particular visión del mundo, en ambos casos emparentada con la cultura pop. Esto influyó sin duda en la sedimentación –en el noreste de México– de una literatura cuya distinción entre “lo culto” y “lo popular” es muy relajada, por no decir nula. Una literatura vinculada a Apollinaire, Bob Dylan, el surrealismo, el new jornalism, el coloquialismo experimental de cepa sudamericana, la performance… Una literatura cuyos autores (Jesús de León, Marco Antonio Jiménez, Luis Humberto Crosthwaite, Jorge Humberto Chávez, Joel Plata, José Eugenio Sánchez, por mencionar algunos) muestran la influencia del salto de gato de Sampedro y/o de los primeros cuentos publicados por Ojeda.

La sedimentación de la que hablo no es un mero espejismo chauvinista. Implica, por ejemplo, que la reciente ola de interés de los poetas mexicanos por lo que se escribe en Chile o Argentina no siempre es producto de la novedad o la sorpresa: también, para autores como César Silva Márquez, Carlos Manuel Velázquez o Luis Jorge Boone, asume la forma del reconocimiento. Incluso la forma del reproche: he escrito en otra parte que a algunos poetas norteños nos irrita la glorificación o descalificación a ciegas de la poesía que se escribe en el Cono Sur, porque ese gesto lleva implícito el ninguneo de poetas de nuestros pagos nacidos entre el 50 (Sam) y el 65 (Sánchez), poetas cuya obra –y cuyos proyectos editoriales y modos de leer en público, para ir un paso más allá– tienen una entonación que encaja con aquello que los más conservadores poetas mexicanos llaman “moda sudamericana”. Salvo que no se trata de moda: venimos haciéndolo desde hace casi 40 años.

Si preciso esto es para ubicar en un contexto histórico y regional lo que significó la aparición de un (ejemplo) salto de gato pinto en 1975. No es mi interés (al menos no en esta nota) hacer una crítica textual del volumen. Me conformo con señalar (y recapitulo) que:

1.- un (ejemplo) salto de gato pinto sigue de algún modo presente en las letras mexicanas, pese a que lleva tres décadas prácticamente agotado. Hasta donde sé, nunca se reeditó de manera independiente y sólo una vez –en 1997, en los tres tomos que conmemoran los primeros treinta años del Premio Aguascalientes– de manera antológica.

2.- El momento lector que se vive en México me parece propicio para regresar a este libro: aunque sospecho que el término crisis estilística está volviéndose un devenir de la moda, nunca está de más desempolvar libros en busca de lo que Borges llamaba (y, maquilladamente, Harold Bloom junto con él) “la invención de nuestros precursores”.

3.- Aunque un (ejemplo) salto de gato pinto es poco leído en la actualidad, su impronta estilística aparece en algunos poetas mexicanos jóvenes. Este devenir puede rastrearse, a mi juicio, en por lo menos tres vías: de Sampedro a La balada de los cocodrilos borrachos de Joel Plata a Physical Graffiti de José Eugenio Sánchez; de Sampedro a El libro de los poemas de Jorge Humberto Chávez a ABCdario de César Silva Márquez; de Sampedro a Es sólo el fuego en otras palabras de Marco Antonio Jiménez a Discovery channel de Luis Jorge Boone. 

Creo que estas pocas razones bastan para postular a José de Jesús Sampedro como un injustamente olvidado pariente de la poesía mexicana joven. 

Aquí van dos poemas publicados originalmente en un (ejemplo) salto de gato pinto:


plena unión
exactamente cuando este gato ha salido a beber
una copa
de brandy en su taberna favorita rainer maria
rilke
te encuentra una moza castaña se enamora de él
en un poema reconoce a otro marinero rilke no
lo sabe
no lo sabrá nunca creo maléfico tugurio:
metafísica
de tu perpetua salvación la ursa se ha expandido
en estaña está filoso un tiburón y tipo interesante
este rilke:
comparte su buen brandy con un gato infumable
en california joe hill canta blues de trenes que se
alejan pronto
el movimiento proletario internacional se organizaba
abriré un depósito de granos y semillas
comprenderás
necesitamos alimento rainer maria rilke nació
en praga
(1875) bautizado según el rito católico puede
ser primo
de san agustín pero es un poeta adorable
franz kafka –lástima– morirá antes que él
(una noche se ven
pasar sin prestarse mutuamente el menor interés)
tú eres decoradora de una pastelería y haces la
limpieza de la ford
(el patrón hipoteca tu sonrisa confisca nuestra
imaginación)
distrito federal octubre de 1968 rainer maria
rilke ha asistido
a un mitin en bucareli enciende un cigarrillo tú
lo contemplas
mientras das un retoque final al pastel de una
boda próxima
el gato da tumbos –como poe–
borracho
lo repito: rilke le permite demasiado
amanecerá dormido en tu desván



o volga 1943
fin o principio esto se define
el ejército rojo se traba en stalingrado
hitler tomaba un helado de frambuesa
una muchacha anda por un barrio de austria
buscando su perro perdido de repente
en otra casa el cuadro de napoleón quedó en picada
pasó un autobús vacío haciendo ruido cuando menos
aunque eso en realidad no importa en absoluto
entonces todo aconteció como en película de
cinerama
te enamoraste de mí no había salida
queríamos el triunfo de la unión soviética ni duda
y hablamos de eso en un hospital bajo el invierno
te dejé mi libro de recetas no recomendadas y
la fotografía de un cocodrilo muerto de gracia
te dije adiós hasta pronto amor suerte
los soldados del vietcong escriben poemas
y después matan yanquis y encuentran que es
mejor así
da resultado la existencia
hitler había terminado su helado de frambuesa doble
cuando le anunciaron lo de stalingrado
la muchacha no encontró nunca su perro
tú en el hospital contemplando la nieve era en
invierno
te amé tanto no hay salida
los yanquis mueren en Vietnam y no escriben poesía

Posteado por Angela Barraza Risso el 9:13. etiquetado en: , . puedes segui el rss RSS 2.0. déjanos tu comentario

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