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Leonardo Videla



Leonardo Andrés Videla Muñoz

Nació en San Bernardo, Chile, en 1978. Realizó estudios de Ingeniería Matemática en la Universidad de Chile. Sus poemas han aparecido en las antologías « Hipocampos » (EVA Ediciones, Valdivia 1998), « Compañeros de Juego » (Ediciones Barba de Palo, Valdivia 2001), « Sur Fugitivo » (La Jauría, Temuco 2004), « Santa Rosa 57 » (Alquimia Ediciones, Santiago 2007) y en diversas publicaciones electrónicas de Chile y el extranjero. En el 2001 publica el libro de poesía « La Escalera Anterior » (Ediciones Leviathan, Valdivia). 
Participó en los talleres de poesía del Café Fértil Provincia, dirigido por los poetas Bruno Serrano y Heddy Navarro (Valdivia, 1996-1997); en el taller « Compañeros de Juego » dirigido por el poeta Jorge Torres (Valdivia, 2000); en el taller de la Fundación Pablo Neruda, dirigido por los poetas Floridor Pérez y Jaime Quezada (Santiago, 2003); y en las sesiones de discusión poética organizadas por el colectivo «Santa Rosa 57» (Santiago, 2004-2005).
Durante el año 2001 participa en el colectivo de poesía y trova “Vicio Secreto”, donde también participaron, entre otros, los poetas Santiago Barcaza y Fidel Améstica, y los trovadores Patricio Anabalón y Francisco “Pancho” Villa, realizando performances poético-musicales en Buenos Aires (Encuentro Latino-Americano de Escritores José C. Paz, 2001) y Santiago (Auditórium de la Universidad de Santiago, 2001).
Ha recibido algunas distinciones y becas. Fue becario de la Fundación Pablo Neruda en el 2003, mismo año en que recibe una Mención Honrosa en los Juegos Literarios “Gabriela Mistral” organizados por la Ilustre Municipalidad de Santiago. En 2005 recibe la Beca de Creación Literaria del Fondo del Libro. 
En el 2007 es clasificado entre los diez finalistas en el Concurso de Cuentos de la Revista “Paula”, y el cuento premiado es publicado en « Cuestión de Genética y otros cuentos » (Editorial Alfaguara, Santiago 2008). Ese mismo año es premiado con el 1er lugar en el Concurso de Cuentos “Fernando Santiván”, organizado por la Corporación Cultural Municipal de Valdivia. 
Entre los años 2005 y 2009 residió en Italia, donde mezcló a sus estudios en Ingeniería Matemática su labor como traductor para agencias de idiomas. 
El año 2010 participa en el segundo ciclo de entrevistas audiovisuales “La poesía ENTRE_VISTA: Poetas en diálogo”, proyecto ejecutado por el Sr. Rodrigo Landaeta Fuentes y financiando por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Su participación en este proyecto fue en tanto entrevistador (con el poeta Floridor Pérez) y entrevistado (con el poeta Enrique Winter).
El año 2011 participa en la organización del IV Encuentro Latinoamericano de Escritores de Valdivia, proyecto ejecutado por el Colectivo “Paratopia” de Escritores de Valdivia y financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a través del Fondo de Fomento de la Lectura. El evento reunió en Valdivia por una semana, del 23 al 29 de Octubre, a 24 escritores de Latinoamérica. 
Ese mismo año, su libro de poemas “Safari” es premiado con el financiamiento de su publicación por los fondos CONARTE de la Corporación Cultural Municipal de Valdivia. En octubre del mismo año es publicado por Alquimia Ediciones. 
Actualmente reside en Valdivia.






Un bel qué




A los 30 mi idea —ya lo dije en otra parte— no era estar
limpiando mierda sino ya jubilado y listo
pa’l bel niente. Con mi tienda apuntalada en un sitio como éste:
Carrara a tu izquierda. A tu derecha,
Bocca di Magra. Exacto. El de Un posto di vacanza.

Pero claro que tú qué sabes de poesía italiana. Quizás
si sabrás algo cuando leas. Te cuento para empezar
que por la curva que en declive entra en el olivar
los pareos de esas 3 reinas en mountain-bikes
desenvainan en cada pedaleada sus nalgas  morenas.













Espero que Carmen no haya escuchado la parte de las nalgas.
No es la idea que también mientras descansa se le aparezcan.
Sé que  puedo hacerme cargo de ellas. Además que pasados los 30
ahora sé que el amor exclusivo del Yo es puro miedo
del abismo frente a nos, aunque lo más parecido a un abismo

por aquí sea tu ano proyectado hacia il posto di vacanza
—sobre la mesita en la glorieta donde la idea era
escribir todos los cuentos que se nos ocurrieran (o los cantos:
como prefieras) reposan tus nalgas blancas surcadas
de manchas de mierda. Y alguien tiene que hacerse cargo de ella.  













Luego serán otros los que decidan dónde ponerla.  Aunque mi idea
era que las vacaciones se prolongaran hacia el mar
como una alcantarilla de la vida sobre tierra,  que uno pudiera
lanzar la vida envuelta en pilchas viejas con la tranquilidad
que irían a parar a lugares respetuosos de las leyes locales.

El golfo hacia occidente, por ejemplo, donde un repentino
cambio de marea no contaminaría el baño de las 3 reinas.
Pero “ojo a lo que haces”, me dice tu madre asomándose
a la tienda, y “cuando termines usa esta crema”  y
“¿dónde tienes la cabeza?”. Sé que no terminaré este poema.













Te decía que éste es uno de los 3 o 4 sitios
que en los libros del pasado llamarían “la cuna de occidente”.
Al frente Porto Venere. Uno sabe que es mentira pero te permites
el desliz de la emoción cuando te cuentan
que desde ahí Byron se lanzaba piluchito hacia el mar

sin tregua; aunque claro que es difícil conciliar esta imagen
kitsch de occidente, este diorama de fondo
caliginoso e inestable bajo la luz del golfo, con la haute
culture necesaria para  no perder
la concentración en tu entrepierna.













“Si richiedeva maggiore attrezzatura per farla
finita  con il sudiciume al fine di inibire
uno sbocco verso il turismo di massa#”, se lee
en los anales de la Asociación de Artistas
del posto di vacanza. Si termino este poema, ¿me dejarán

ser parte de ella? Tal vez deba explicar que por supuesto,
que llegado a los 30 alguien tenía que hacerse cargo
de la vida. Que no por nada algunos la compararon
con la mierda. Con il sudiciume, que le llaman, y que hay
que usar las manos a falta de attrezzatura pa’l bel canto.











De ahí en adelante las actas municipales están llenas
de imitadores, más o menos fieles a esa idea según el clima
donde tuvieron que apuntalar sus tiendas. El turista
Pound, por ejemplo,  que “en veinte años no ha aprendido
a hablar un italiano aceptable”, según dijo

Montale, el que por su parte tampoco le hizo asco
a este barrio y armó su veranda allá abajo, en el recodo
del estuario donde dos de las chiquillas desmontan de sus
mountains mientras la tercera corre hacia la playa
y acomoda el hilito del bikini que le hiere la entrepierna.













No terminaré este poema. No lo terminaré, primero
porque llegado a los 30 alguien tiene que comprar las pilchas
nuevas y reemplazar aquellas arrastradas por todo el invierno. La ampolla
del calor ahora llega a su extremo, se hincha y yo diría
que en poco tiempo asistiremos a un cambio repentino de marea.

(¿Y si conversáramos con la Asociación que dije antes?
¿Con las chiquillas de las bicicletas que sacuden
sus tops al viento? ¿Y si entráramos en conversaciones
con los muertos?  Si termino este poema,
¿me dejarán ser parte de ellos? ¿Me darán crédito?)













“Ahh, vous etes là bas pour mourir en baeuté?”, me pregunta
uno de los 3 o 4 que en los libros del futuro llamarán
“poeta occidental”. Pero no es mi culpa si todos queríamos jubilarnos
a los 30. Si preguntamos a Byron, a Pound, a Sereni y, en general,
a los de la “cuna occidental”, estoy seguro que todos votarían   

por un bel morir (¿y si trabajara para ellos? ¿Si en la curva
del camino instalara mi letrero: “Turismo de excepción”?
Haría visitas guiadas a las tumbas inmortales. En la tarde
entrevistaríamos a los jefes locales. De noche
tendríamos tráfico con las chiquillas de las mountains)













No terminaré este poema, a pesar que tu madre, impaciente,
ahora viene a relevarme. El camión municipal
vendrá temprano y se llevará las pilchas viejas y las soltará
en el mar, nadie sabe dónde pero en todo caso  lejos
de donde las chiquillas se esparcen bronceador en las nalgas morenas.

Si ésa es la vida, me pregunto si necesitan ayuda con ella
(los sudacas debemos tener las manos muy suaves
que tantas pagan por un buen masaje. ¿Cuánto
pagarían por éstas?) Porque las vacaciones, hija mía,
igual que el paraíso, se pagan por adelantado, con la













praxis que lisia, como dijo Carrasco, no importa si eso significa
esparcir bronceador sobre sus nalgas morenas, o
Hipoglós sobre las tuyas, surcadas de mierda.
Se paga con la vida vivida, porque alguien
debe hacerse cargo de vivirla. El bel niente, por su parte,

el bel canto (y el bel morir, si quieres) son 3 chiquillas
que se alzan al unísono, se ajustan una a otra
los tops a sus espaldas, y con sus culos proyectados hacia el
posto di vacanza sacuden sus toallas para liberarlas
de la arena. Se van. Quizás un día tú serás la 4ª reina.

Posteado por Angela Barraza Risso el 19:55. etiquetado en: , , , . puedes segui el rss RSS 2.0. déjanos tu comentario

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